Rust y Europa Park
Esta mañana, a las 7:00, salimos del hotel y nos fuimos al
terminal de trenes de Stuttgart para viajar a Rust.
Las maletas, cada vez más pesadas, grandes y complicadas de
controlar, ¡aumentan a una velocidad más que la esperable! Subirnos al tren, es
cada vez más difícil y las personas se asustan al vernos, pero hemos salvado
bien todas las situaciones y aquí estamos, casi terminando nuestro viaje y sin
percances. Pero, a pesar de eso, hoy día, el ánimo era especial y estaba por
las nubes, considerando que ¡Europa Park nos espera!
Después de 2 horas, llegamos a Rust y de ahí, un bus al
hotel. El tiempo pasaba y eran minutos que se perdían para disfrutar del
parque. Finalmente, a las 12:00 recién pudimos entrar y, bastó un segundo, para
que todos corrieran a las diferentes atracciones de Europa Park.
Este parque de diversiones es uno de los más grandes de
Europa y es, realmente, muy bonito. Tiene, 13 montañas rusas, unas gigantes y
otras, no tanto, pero todas están muy bien ambientadas de acuerdo al lugar en
que están o a quien “representan”. Los niños se subieron a todas y, varias
veces, en las más grandes y desafiantes. Ver las fotografías con las caras de
susto, emoción o risa, ha sido la diversión durante toda esta tarde.
El lugar está dividido por temas, especialmente de países del
mundo. Así, estuvimos en España, Reino Unido, Grecia, Italia y Francia, por
nombrar algunos, pero también hay otros, por ejemplo, el sector de los niños en
donde nos encontramos con Rapunzel, La Caperucita Roja, los enanitos de Blanca Nieves
y muchos otros cuentos locales. Realmente, un espacio precioso dedicado a los
niños. En cada uno de esos lugares, además de diversión, en las maneras más
imaginables, hay comidas típicas, helados, bebidas y dulces, lo que invita a
quedarse, mirar, descansar y, ¡gastar plata!
Dijimos que tiene 13 montañas rusas y, ¡son enormes! Llama la
atención la de madera, muy alta y larga, que fue una de las preferidas por los
alumnos. Las colas para subirse a los juegos son largas, pero bastante rápidas.
En general, la espera no supera los 15 minutos, en los juegos más populares, y
está todo muy bien organizado, de manera que no es tedioso ni incómodo esperar.
Aquí, nadie se empuja en la cola, ni tampoco se “cuelan”, por lo tanto, el
ambiente es tranquilo y familiar.
Mientras los niños se subían a esas enormes montañas, Alejandro
y yo optamos por las más chicas, los shows, como uno de ilusionismo muy entretenido
y de gran calidad y alguno que otro tren o diversión que nos llamó la atención.
En definitiva, se puede decir que Europa Park cumplió con
todas las expectativas. Quedamos muy contentos y ¡con sabor a poco!.
Mañana, nos vamos a Frankfurt, a pasar nuestro último día en
Alemania.
Bis Morgen!
Comentarios
Publicar un comentario