Zoológico, Acuario y Museo de los Espías

               

Hoy fue nuestro último día en Berlín y lo despedimos con dos entretenidas actividades.

En la mañana fuimos al Zoológico y Acuario de Berlín. En el camino, nos encontramos con la Iglesia Kaiser Wilhelm  que fue bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial, y que se mantuvo tal como quedó como una manera de recordar lo insensato de la guerra. Hoy, es un memorial formado por un conjunto de 2 edificios más, uno de los cuales, tiene un campanario, cuyo sonido nos acompañó durante la mañana,  mientras estuvimos en el zoológico.




Recorrimos primero el zoológico, el que tiene la mayor cantidad de especies en el mundo, entre las que destacan los osos panda que, como el resto de los animales, viven en un espacio diseñado de acuerdo a su hábitat natural.

Cada lugar que se va visitando es una sorpresa, ya que los animales, acostumbrados a los visitantes, se acercan de manera bastante amigable. Creo que, en esta visita, una fotografía vale más que mil palabras, así que agregaré unas cuantas. 






























Después, visitamos el acuario, un espacio muy bien acondicionado, en el que cientos de especies de peces, corales, anfibios y otros animales nos hicieron maravillarnos con sus colores y movimientos.

Personalmente, me quedé mucho rato mirando una Manta Raya. En realidad, nos quedamos mirando entre las dos y, si hubiese podido, me la habría traído conmigo. Nuevamente, una foto, vale más que cualquier cosa que se pueda decir.






















Salimos del zoológico después de la una de la tarde y fuimos a almorzar. Mc Donald´s y KFC fueron los preferidos.

Después de descansar un poco en una explanada, frente a la Iglesia Kaiser Wilhelm, que se estaba preparando para una actividad musical, nos fuimos a nuestra cita con el mundo del espionaje.

Ya desde la entrada al Museo del Espionaje comenzamos a vivir este mundo que tantas veces hemos visto en alguna película por ahí. Al pasar por la puerta de acceso, la persona queda encerrada en un espacio donde debía levantar ambas manos y, me imagino, alguna cámara la “revisaba”. Desgraciadamente, al ser el grupo tan grande, nos abrieron otro acceso y sólo algunos alumnos vivieron esa experiencia. De más está decir que nuestra entrada personal, era la tarjeta de acceso al mundo del espionaje, la que debíamos validar en una máquina de lectura de credenciales. 



Este museo cuenta la historia del espionaje desde sus inicios. A través de imágenes, infografías y videos grabados por quienes, alguna vez,  fueron (o siguen siendo) espías, se va conociendo esta práctica tan común, en todos los tiempos…. Saber del otro siempre ha sido una pasión de las personas y, mucho más, cuando se trata de conocer aspectos políticos, estratégicos y tecnológicos del enemigo.

En el recorrido vimos dónde se ocultaban las cámaras para obtener información en algún momento de la historia, por ejemplo, durante la Guerra Fría. Zapatos, ropa interior, tubos de desodorante, paraguas o frascos de perfume…cualquier cosa servía para una cámara fotográfica en miniatura o como un contenedor de documentos.  Vimos videos reales de personas “comunes y corrientes” en las calles de Alemania, que resultaron ser espías camuflados, muchas veces, observados por otros espías, también camuflados, como personas comunes y corrientes.

El museo es interactivo, y los alumnos podían preparar tintas invisibles para enviar mensajes, y también hacerlas visibles y decodificarlos. Algunos, se arriesgaron a pasar por un espacio cruzado por rayos láser. Desgraciadamente, a cada uno de ellos les explotó una bomba antes de llegar a su objetivo. En la sala de camuflaje, varios trataron de hacerse pasar por otras personas, sin embargo, las fotos revelan que no lo lograron.  El detector de mentiras se puso también a prueba, y varios fallaron en el intento. Aun así, la tarde fue muy entretenida. 















Cabe señalar que a varios nos preocupó ver a Herr Alejandro saliendo desde una alcantarilla y más tarde, revisando algunos frascos con cocteles venenosos. No supimos si sólo estaba aprendiendo del tema, o estaba preparando algún plan especial. 




De sorpresa, los alumnos vieron llegar a una cara conocida… Pensaron que era parte del museo, o quizás, ¿una espía desde el DSSF? ¡No!  ¡Fue sólo una coincidencia planificada! 

Frau Pamela Venegas llegó desde Chile hoy día y fue a encontrarse con nosotros. Le deseamos una excelente estadía en Berlín como parte de un proceso de capacitación en la lengua alemana.

 

 Desde el museo del espionaje nos vinimos al hotel. En la estación del metro, nos encontramos con un músico, muy alegre, que hizo bailar a los niños, hasta que llegó el tren. ¡Sin rendirse, se subió al carro con nosotros! Y,  por supuesto, los niños siguieron bailando, mientras los pasajeros del tren se unían a su alegría contagiosa.







Ahora, todos arreglando las maletas ya que mañana, temprano, emprendemos rumbo a Dresde. Al parecer, eso va a demorar un poco más todavía. Los siento conversar abajo en el hotel. Están viendo el partido España - Georgia. 

Bis Morgen!



Comentarios

  1. Maravillosa experiencia nuevamente para nuestros hijos ..! Gracias Frau..!

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  2. disfruten ! como en sus fotos! bailes y juegos! que entretenido el museo del espia!

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