Warnemünde












Hoy fue un día muy entretenido, ya que todo resultó bien y pudimos ir a la playa. El día partió muy temprano ya que a las 7:35 estábamos en el colegio. Un nuevo grupo de estudiantes nos llevó a recorrer la ciudad de Laage. Entre otros lugares, visitamos la estación de trenes, el cuartel de bomberos, la iglesia, una heladería y un parque. Luego, fuimos a buscar nuestras cosas al colegio y tomamos el tren a Warnemünde.









 







Después de poco menos de una hora, llegamos al balneario, un lugar muy bonito, que cada año recibe cientos de cruceros que vienen de diferentes partes del mundo. Eso hace que la ciudad tenga mucho comercio, restaurantes e instalaciones de todo tipo. La playa, de arena blanca es muy extensa y aún así, se veía mucha gente, lo que no es extraño puesto que, al parecer, el sol llegó a Alemania para quedarse por un buen tiempo más.


Los niños lo pasaron muy bien, se bañaron, jugaron voleibol, tomaron sol y comieron. ¿Qué mejor? Desgraciadamente, había que volver temprano a Laage, ya que muchos alumnos, incluidos los nuestros, debían tomar el último bus escolar para volver a sus casas.



El colegio en el que estamos es el más grande de la región. Tiene casi 1.300 alumnos desde 1.K a 12.K, además de educación preescolar, que está en el mismo espacio, pero no pertenece directamente al Campus. Los alumnos vienen de muchos lugares diferentes, como ciudades cercanas, por ejemplo, Rostock, o bien de caseríos pequeños que no alcanzan a formar un pueblo. Los trenes no se detienen en esos lugares, de manera que el gobierno regional pone a disposición de las familias buses escolares en tres horarios diferentes. A diferencia de Chile, las clases terminan acá bastante temprano, en general, a las 13:00, cuando los niños ya han almorzado y, a lo más, una vez por semana, los estudiantes terminan su jornada a las 14:00 o 15:00.

Después de unas tres horas en la playa, tomamos el tren de vuelta a Laage. Algunos niños, junto a sus anfitriones, se fueron bajando en paradas intermedias y, el grueso del grupo, seguimos hasta el colegio, donde nos separamos para irse cada uno con sus familias. A esta hora se están reportando: Florencia iba a un paseo a un lago, Fernanda y Tochi, en un asado alemán junto a sus familias. El resto, en los partidos de fútbol, descansando en sus casas o, simplemente, ya durmiendo.


Cuando estábamos en la playa, ya todo se había organizado: partido de fútbol en la cancha del colegio y después, los que viven en Laage, estaban listos para ir a ver un partido de la Eurocopa en la casa de una de las familias anfitrionas. Eso significó que, durante todo el viaje de vuelta, hiciéramos un “catastro” para saber dónde y con quién estaría cada uno durante la tarde. En tanto, las familias anfitrionas, muy generosas, se dispusieron a cambiar sus horarios habituales para venir a buscarlos a una hora previamente acordada.

Mañana vamos a Rostock, una ciudad muy linda, la que recorreremos con unos guías muy espaciales: los alumnos chilenos. Tienen como tarea preparar un lugar y presentarlo, en alemán, por supuesto, al resto del grupo. ¡Veamos cómo nos va!

En la tarde es la despedida. Las familias se reúnen con nosotros en algún lugar de la ciudad para decirnos adiós. Alejandro y yo queremos aportar con algo, así que estamos preparando, por ahora en nuestras cabezas, una sorpresa chilena para agradecer a quienes nos han recibido en sus casas.

Mañana les cuento cómo nos fue.

Bis Morgen!

 

Comentarios

  1. Que genial verlos Felices participando en su día de playa , aunque Jade aparece poco en las fotos del blog conociéndola no le gusta mucho aparecer me da mucha alegría saber que esta viviendo cada momento a concho genial por todos nuestros ..! Gracias Frau Patricia..!

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  2. Nuestros hijos viven un sueño cada día..!

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  3. que genial chic@s! se ve que disfrutaron su día de playa! un abrazo para cada un@!

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