Sachsenhausen y Neus Museum

 

Hoy fue un día de emociones fuertes y, aunque algo nos llovió, durante la tarde hizo calor, pero al menos, no tanto como ayer.

Temprano en la mañana nos juntamos en el lobby del hotel y caminamos hacia la estación del metro. En el trayecto, tomamos desayuno y ya estábamos listos para partir al Campo de Concentración y Museo de Sachsenhausen, que se encuentra a una hora y media, más o menos, desde Berlín. Después de la acostumbrada “siesta” en el tren, llegamos a Oranienburg y desde ahí, caminamos unos 15 minutos hasta el Campo. 






Recogimos nuestras audioguías y partimos el recorrido. Ya desde la entrada, con las torres de vigilancia, y el conocido letrero “Arbeit macht frei” que nos dio la bienvenida, comenzamos a imaginar con lo que nos encontraríamos. El lugar es muy grande y, aunque originalmente fue construido como un campo de prisioneros, a la larga se transformó en uno más de los campos de exterminio Nazi durante la guerra. Ahí murieron más de 12.000 personas, de un total de las 60.000 que fueron encarceladas.

El recorrido incluye los barracones donde vivieron los prisioneros, una morgue y un hospital en el que se hicieron crueles experimentos con personas, ya estuvieran sanas o enfermas. Caminar por los campos de fusilamientos, las cámaras de gas y hornos crematorios es una experiencia dolorosa que, de alguna manera, a todos nos afectó. Nuevamente, nos hace pensar en la importancia que tiene conocer la historia y formar personas atentas a los signos de los tiempos y preocupadas de que esto no vuelva a ocurrir nunca más, en ningún lugar del mundo.










Después de descansar en la cafetería, tomamos el bus de vuelta para ir a nuestra visita al Neues Museum. 

Ubicado en la Isla de los museos, junto a otros cuatro, este lugar es uno de los grandes atractivos de Berlín. En una muestra muy completa y bien documentada, pudimos recorrer la historia cultural del mundo. La Edad de Piedra, de Bronce y de Hierro. Egipcios, griegos, romanos, y la Edad Media, se nos presentaron, mostrándonos su cultura a través de las artes, la joyería, utensilios e innumerables objetos que fueron los precursores de la vida como actualmente la conocemos. El impresionante busto de Nefertiti, de una belleza perfecta, está también en este museo, junto a otras piezas de gran valor, como un sombrero ceremonial de oro de tres mil años de antigüedad.

El tiempo se hizo corto para algunos alumnos y, sin duda, es un lugar al que muchos querrán volver.

  Catedral Protestante de Berlín






















Esta fotografía es de internet. En el museo, no se puede fotografiar directamente, salvo a varios metros de distancia


Al salir del museo, volvimos hacia la puerta de Brandemburgo, a la que rodean grandes centros comerciales y tiendas de todo tipo. Algunas compras y comer algo, todo eso, antes de venirnos a descansar, pues mañana, temprano, partiremos a conocer Potsdam, su famoso puente de los espías, el castillo Sans Souci y algunos otros lugares.

Pero eso, ya lo contaremos mañana.

Bis Morgen!

 




 

Comentarios

  1. Una emotiva pero llena de aprendizajes la visita de hoy supongo al campo de concentración,..!gracias Frau..!

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